MITOS SOBRE EL BIENESTAR EMOCIONAL

¿Sabías que tan sólo el 12% de las empresas afirman estar preparadas para desarrollar un programa de bienestar efectivo aunque el 80% reconoce la importancia del bienestar emocional en el trabajo?

Mucho se ha hablado en los últimos años acerca de la importancia del bienestar emocional en el trabajo, sin embargo y, a la misma vez, se ha visto incrementado el número de creencias y mitos falsos acerca del mismo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el bienestar emocional es entendido como un “estado de ánimo en el cual la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente, y es capaz de hacer una contribución a la comunidad”.

Más concretamente, en cuanto al concepto de bienestar emocional en el trabajo se refiere, según la doctora en psicología y especialista en perspectiva de género y salud emocional Marta Giménez, estaremos hablando de: “aprender a gestionar nuestras emociones y utilizarlas para favorecer el desarrollo de nuestras tareas, mantener la motivación, generar un clima agradable en nuestras relaciones interpersonales en el trabajo, que son clave para prevenir el desgaste profesional, el estrés laboral y potenciar nuestro desarrollo profesional y personal”.

En este artículo, vamos a desgranar algunos mitos y creencias relacionados con el bienestar emocional en el trabajo con la idea de atrevernos a desmontarlos.

  • La formación no mejora el bienestar. El derecho que otorga el Real Decreto-ley 3/2012 de recibir 20 horas de formación anuales para trabajadores con al menos un año de antigüedad y acumulables por un periodo de hasta 5 años, no garantiza ni que se lleven a cabo, ni que sea suficiente o acorde a las necesidades reales de sus trabajadores, lo que da lugar a una falta de capacitación y motivación. La formación en técnicas y la aportación de recursos psicológicos son esenciales para que los trabajadores hagan frente a la incertidumbre y los desafíos del mundo laboral actual.
  • Los trabajadores prefieren que la empresa no participe activamente en su bienestar. El 93% de los trabajadores quiere que su empresa apueste y desarrolle programas para mejorar su bienestar personal y laboral, según indica The Economics of Wellbeing.
  • El bienestar del empleado no afecta a su error. Otro mito falso que desmontar, ya que tal y como se refleja en un informe de QBE Insurance Group, el 17% de los trabajadores asegura haberse equivocado en su actividad debido a falta de bienestar emocional en su trabajo.
  • Teletrabajar y horarios flexibles dañan la productividad. Una de las creencias más generalizadas es sobre la baja de la productividad con el teletrabajo. Se argumenta que no se puede organizar y controlar a los trabajadores cuando tienen un horario flexible o trabajan desde casa. Sin embargo, el 81% de los trabajadores afirma que contar con flexibilidad es crucial para sus vidas, a la vez que aumenta su productividad, no sólo porque hay personas que funcionan mejor a determinadas horas que a otras, sino por la conciliación laboral y familiar. De hecho, el teletrabajo ya es una demanda generalizada de los millennials a la hora de aceptar un trabajo.
  • Ofrecer zonas de entretenimiento es suficiente para  potenciar el bienestar. Una creencia generalizada es que con habilitar zonas de videojuegos o de entretenimiento con futbolines, consolas o toboganes a imagen y semejanza de los gigantes de Google o Silicon Valley para que los trabajadores se diviertan incrementa su bienestar emocional en el trabajo . Esto es una creencia que carece de evidencia, ya que se trata de elementos superfluos de entretenimiento de poco valor que solo aprecia el 5% de la plantilla.
  • Dar las gracias es suficiente. Esta es otra de las falsas creencias que existen. No basta con dar sólo las gracias para sentirse valorado y reconocido, de hecho, el 66% de los trabajadores siente que esta necesidad podría cubrirse fácilmente mediante la creación de un sistema que se base en la recompensa, así como en el reconocimiento, a través de reuniones periódicas, correos electrónicos o mensajes acerca del logro premiando el esfuerzo de forma regular y siempre basado en una comunicación constructiva, fluida y eficaz, base fundamental para poder conseguirlo.
  • El bienestar físico y mental de los trabajadores es secundario. Es un gran mito que para desmontarlo se requiere de muy poca inversión y aporta mucho en cuanto a promover el bienestar emocional de los trabajadores se refiere. Ofrecer fruta y comida saludable, zonas de relajación y esparcimiento, clases de yoga o espacios para meditar, son algunas de las sencillas medidas a poner en práctica y que se valoran, pero que no van a la raíz del desarrollo del bienestar, en sí mismas son accesorias.
  • Motivar a toda costa. Todos los años, el departamento de Recursos Humanos se esfuerza buscando nuevas formas de motivar al personal. Se confunden las prácticas de motivación con las de entretenimiento y las de formación. La realidad es que la motivación tiene mucho que ver con la realidad que vive el trabajador, pero también con cómo se toma lo que vive. El mito de que hay que motivar a toda costa fuerza a los departamentos de RRHH a estar reinventando continuamente planes de estimulación a la plantilla.  Analizar datos y recoger información previamente mediante: encuestas, determinadas pruebas y entrevistas objetivas; es fundamental para desarrollar planes de acción que favorezcan una organización centrada en las personas y no basadas en las creencias o suposiciones que no reflejarían las necesidades reales de sus empleados.
  • El sueldo es lo más importante para contentar a un trabajador. Nada más lejos de la realidad, el sueldo es importante pero no decisivo. Tiene que ser justo y apropiado, pero, además, está  el salario emocional, que según la Asociación Española para la Calidad sería “aquel que consiste en aquellos conceptos asociados a la retribución de un empleado en los que se incluyen cuestiones de carácter no económico y cuyo fin es satisfacer las necesidades personales, familiares y profesionales del trabajador, mejorando la calidad de vida del mismo y fomentando la conciliación laboral”. Es decir, que es un mito pensar que los beneficios tangibles como una buena nómina prevalecen a la hora de permanecer en un trabajo.
  • El trabajo en solitario es más eficiente. Es una creencia generalizada pensar que trabajar de forma autónoma es sinónimo de eficiencia, sin embargo, este mito no es cierto, puesto que se ha comprobado que trabajar en equipo, cooperar entre empleados y crear sinergias entre distintos departamentos es enriquecedor y productivo para innovar y crear valor añadido.
  • Los grandes no requieren motivación. Este mito se basa en que los grandes y experimentados profesionales se sustentan solos sin necesidad de palabras de aliento ni de reconocimiento. Creencia falsa acerca de que no requieren de motivación alguna ya que saben y pueden caminar solos. No hay que olvidar que ellos también son personas y como tal, pueden desanimarse o necesitar feedback, palabras de reconocimiento para seguir funcionando al 100%, por lo que se hace imprescindible, al igual que con el resto de empleados, apoyarles en todo lo que necesiten. Esto ocurre hasta en los mejores equipos de fútbol en donde se mima y cuida a las estrellas con esmero y dedicación cada día.

Para concluir, podemos afirmar que son muchas las creencias y falsos mitos que se ciernen en torno a lo que se entiende por bienestar emocional en el trabajo, en parte por falta de información y, en parte, por tradición. Hemos podido cuestionar algunos y esperamos que la información sea útil para saber identificar cómo ser más eficientes en nuestros trabajos.

(Fuente: www.RRHHDigital)

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